lunes, 17 de mayo de 2010

Eloy Vaquero, un montalbeño internacional


Eloy Vaquero Cantillo es sin duda una de las figura públicas más importantes que vio nacer Montalbán de Córdoba. Montalbán era, y sigue siendo, un pueblo pequeño de la Campiña Sur cordobesa, que basaba su economía en la agricultura. Conocido por sus ajos y melones, seguro que los vecinos que aquella tarde del 28 de junio de 1888 trabajaban en las eras de las afueras, no esperaban que su pueblo acogiera entre sus calles el nacimiento de un niño que se ganaría la vida con las letras y no con los aperos del campo.

Desde pequeño quedó patente su interés por la literatura y por la enseñenza, tanto que fue galardonado por su trabajo El Quijote es una joya pedagógica con el primer premio en el certamen para conmemorar el III Centenario de El Quijote. Su vocación le llevó a estudiar la carrera de magisterio en Córdoba, lugar donde fijo su residencia tras casarse con Carmen Ruz Nieto. Como maestro intentó revolucionar el sistema educativo con sus ideas progresistas hasta que en 1923 convirtió la Escuela Obrera de Córdoba en Escuela al Aire Libre. Fruto de su experiencia pedagógica escribió su obra literaria Las Escuelas al Aire Libre.

Antes de esto, Eloy Vaquero decidió que su tiempo debería ser compartido entre la docencia y otra de sus pasiones, la política. De la mano de su mentor Alejandro Lerroux, ingresó en el Partido Republicano Radical en 1910. Durante su vida política conoció y entabló amistad con Blas Infante, con el que compartía su andalucismo y la admiración por la teoría de H. George, que defendía que cada persona es dueña de lo que produce, pero los recursos naturales son de todos los hombres. El joven político se descubría como una persona preocupada por los problemas de los campesinos y con ideas muy progresistas, tanto que en 1913 organiza en Montalbán un "ensayo comunitario de organización radical obrera". La comuna estaba compuesta por las instituciones de defensa social, beneficencia, cultura y apoyo mutuo.
En 1914 comienza a estudiar abogacía, carrera necesaria para cualquier político de la época. Durante el transcurso de estos estudios, sólo un año después, entroó a formar parte de la logia masónica de Turdetania, donde coincidió de nuevo con Lerroux y otros importantes cordobeses como Antonio Jaén Morente y Manuel Ruiz Maya.

Con la llegada de la II República su carrera política siguió ascendiendo. El 15 de abril de 1931 fue elegido como alcalde de Córdoba, cargo que ostentó sólo dos meses ya que fue elegido como diputado en las Cortes Constituyentes. En los siguientes años ocupó varios puestos en la Administración hasta que su política giró a la derecha y en las elecciones de 1933 se presentó en las filas de la Coalición de Derechas y agrarios. En 1934 fue nombrado Ministro de Gobernación y un año después Ministro de Trabajo, Sanidad y Previsión Social.
Durante su estancia en el Ministerio de Gobernación se produjo la Revolución de 1934, un movimiento huelguístico que estaba en contra de la llegada al poder del conservadurismo y que tuvo una gran ferocidad en Asturias. La represión del gobierno republicano fue muy violenta y los sectores más próximos al comunismo de su pueblo natal lo culparon de ser el responsable de las matanzas, a pesar de que el que ordenó la actuación del ejército fue el Ministro de Guerra Diego Hidalgo Durán.

Muchos de sus paisanos conservan aún el sentimiento de que fueron traicionados por Eloy Vaquero, lo que provocó una polémica cuando se propuso poner su nombre al reciente instituto de enseñanza secundaria de Montalbán. Finalmente el centro fue nombrado como “Maestro Eloy Vaquero”, de una forma que sólo se reconoce su labor pedagógica, excluyendo la política.

Tras fracasar en las elecciones de 1936 se exilió a Gibraltar y de ahí paso a Inglaterra y después vivió por primera estancia en Nueva York. Se mudó a La Habana y a Caracas donde fue profesor y redactor de una revista hasta que en 1939 volvió a Nueva York. Allí fue docente de la Universidad de Columbia y fundó y dirigió otra revista. Nueva York fue la ciudad que lo vió morir a los setenta años después de caer enfermo en 1960.

sábado, 8 de mayo de 2010

Que se esté quieto quien pueda


Siempre digo que vaya mierda no haber nacío bastantes años antes para disfrutar de música así en directo, pero desde el día que mi madre me dijo que si hubiera nacío en esa no tendría dinero para ir a verlos.... doy gracias a Youtube por poder hacer un concierto en mi cuarto.

Led Zeppelin tocando Trampled Underfoot en Earl's Court

jueves, 6 de mayo de 2010

¿Una imagen vale más que mil palabras?, y una mierda

Cuando a veces escucho la frase de “una imagen vale más que mil palabras”, sinceramente me entran ganas de mandar a quien lo diga a la mierda. Es cierto que una imagen apoya y mejora una información de una forma espectacular, pero es una alabanza al simplismo decir que vale más que mil palabras nada más y nada menos.

Hoy en la clase de Información y Propaganda estaba pensando esto viendo uno de los carteles que Mao Tse-Tung, el que fue líder de la República Popular China. En él aparecía el dibujo de una familia feliz y sonriente que esperaba a que la madre, claro está, trajera la comida a la mesa. La habitación la presidía un cuadro del poderoso dictador y en la parte superior del cartel aparecía una leyenda con algo similar a: “Gracias a Mao nuestras familias son más felices”. Pongo este ejemplo porque es el que he visto hoy, pero podría hacer lo mismo con una familia que esperara la comida bajo un retrato de Hitler, Cristo u Obama.

Me imagino al niño chino preguntando a sus padres “mamá, papá entonces ¿esta comida que tenemos es gracia a Mao?, ¿no estuvisteis ayer todo el día trabajando para conseguirla? Y los padres contestando rápido: “shhh niño calla y come, no pienses más de lo que te marca la gente que sale en fotos con porte de dioses”. El niño seguro que se comería su plato y si a los dos días lo llaman a las armas porque su líder-alimentador le ha entrado el capricho de matar a unos pocos, pues ahí va. Si es estadounidense, se marcha para Afganistán o para Irak con otros pocos que también se han criado bajo una sola visión del mundo, sin cuestionarse si a lo mejor no es mentira eso de que son un país que debe educar a tiros a los demás que no piensan como ellos.

La imagen es que tiene un poder muy fuerte. Es muy fácil de captar, cualquier persona, incluso quien no sabe leer ni escribir, puede procesar la información de formas y colores. Un ejemplo que tenemos muy a mano es la Semana Santa, que surgió como una forma de explicar a quien no había tenido el lujo de recibir una educación, cómo eran aquellas historias que venían en un libraco como la Biblia, tan grande e inaccesible en la época que no muchos podía leerlo. Lo malo es que igual de fácil es captar el mensaje de una imagen como manipularlo y es mucho más fácil conformarse con tragarse una imagen que sabes que está manoseada que leer un libro o escuchar a alguien que te explique lo que hay detrás de todo lo aparente.

Lo peor de todo es que estamos perdiendo el contacto humano. Ya no queremos escuchar mil palabras interesantes de alguien sino ver una imagen, aunque sea tonta de cualquiera que salga con la tele. Vaya aparato este, un mundo poblado por personas de 20 segundos que en 2 tienen que contar su vida y los otros 18 tienen que estar pendientes de aparentar lo que pretenden ser. Figuras que se insultan tan rápido que no nos da tiempo a ver si lo que dicen está bien o está mal o que se presentan como una alternativa con soluciones a los problemas del Gobierno, pero sin mencionar ninguna de estas medidas durante sus tortazos verbales. Albert Chillón dice en su libro Periodismo y Literatura: “Los medios han contribuido a reemplazar la necesidad de recordar por un revoloteo continuamente renovado de palabras apenas oídas al paso. El chaparrón de palabras fragmenta y dispersa la atención de los receptores; la consciencia de los hombres y las mujeres actuales ha adquirido una cualidad sublimada, nebulosa, gaseosa: las palabras oídas aquí y allá pululan en desorden y movimiento permanentes. La llamada sociedad de la información produce, entre otros efectos, una patente saciedad de la información”. Eso es lo peor, que encima nos creemos que estamos informados.

martes, 4 de mayo de 2010

Entrevista a El Giraldillo


Nos conocimos ya hace tiempo. A pesar de coronar una de las ciudades más importantes de España, no había oído hablar de ella hasta el mismo día que estuve en lo más alto de su casa, justo a sus pies. La primera vez que nos vimos, yo estaba de visita cultural: “Bien chicos, ya estamos en lo más alto de la Giralda –decía la guía- por encima nuestra sólo queda la estatua de El Giraldillo, una representación de la fe, de la victoria del cristianismo sobre el Islam”, concluyó. Pensé en la responsabilidad que le había tocado llevar a la estatua y me pregunté cómo se sentiría realizando esta labor, pero los últimos metros de la torre me impedían resolver mis dudas.

Me marché de Sevilla con preguntas y ganas de conocer, tenía que poner orden a toda esa nube de dominación de religiones, representaciones de la fe y toda la historia de una ciudad que ha sido marcada por la convivencia entre culturas. Lo único que tenía claro al comenzar esta aventura es que la mejor persona que podría resolver este embrollo era la protagonista de la historia, el Giraldillo. Lástima que aquellos metros que nos separaban fueran insalvables.

Comencé a leer un poco de la historia de la figura. Su padre, Bartolomé Morel, la trajo al mundo en 1568, en pleno Renacimiento. Sus 128 kilos repartidos en 3 metros y medio de estatura pretendían representar cómo después de que la Giralda fuera una minarete musulmán durante muchos años, había pasado a ser lugar de culto cristiano definitivamente. Era fácil conocer cual era la biografía y el aspecto del Coloso de la Fe Victoriosa, como también se conoce, pero no que pensaba y que sentía al realizar su labor. Esos dichosos metros de distancia…

Hablar con el Giraldillo se había convertido casi en una obsesión, como un amor platónico en el que el ansia de querer choca de frente con la barrera de la realidad, hasta que en una de las típicas ojeadas a la prensa diaria los ojos se me pusieron como platos. “El Giraldillo espera su restauración en las Ataranzas Reales”, anunciaba un titular. Los metros que antes nos separaban podían convertirse ahora en unos pocos centímetros. Casi sin pensarlo salí corriendo a intentar encontrarme por fin con ella.

Llamar a la puerta, decir mi propósito, pasar hasta el patio del fondo. Después del tiempo esperado y de la falta de esperanzaque tenía por conseguirlo, parecía mentira que llegar hasta el Giraldillo fuese ahora tan fácil.

Al verla de cerca era difícil mantener la boca cerrada. Una mujer enorme pero estilizada, sensual pero guerrera a la vez. “Si esto es la fe, la fe es algo grande de verdad” es lo primero que pensé. Pero detrás de su abrumadora presencia, el Giraldillo es una persona sencilla, muy humilde, con una gran sabiduría fruto de tantos años de observación y reflexión y con las ganas de comunicarse de quien lleva todo ese tiempo a solas.

Después de las típicas presentaciones y de hablar sobre cosas amenas para ir abriendo el terreno, la pregunta que me perseguía durante este tiempo pronto salió a relucir.

- El Cristianismo es una religión que tiene como bandera el amor incluso hacia los enemigos, la humildad, el respeto… pero desde tu concepción estabas pensada para representar la dominación sobre otras culturas. ¿No crees que eso es un poco contradictorio?

- Pues la verdad es que sí, lo veo como algo que choca, pero esa es la visión que alguna gente ha dado sobre mí papel pero yo en realidad siempre he intentando representar otro, a pesar de no poder haber conseguido transmitir mi mensaje. No se si lo sabrás, pero cuando Bartolomé Morel me ideó, tenía en la cabeza la imagen de una Palas o una Minerva, figuras de la tradición griega y romana. En realidad, soy tradición pagana pero vestida de cristiana, lo que no quiere decir que no sea una cristiana de verdad. Lo que quiero decir es que soy fruto de una mezcla de cultura y civilizaciones, igual que lo es mi casa y lo es Sevilla, por eso no me gusta dar la imagen de dominación, sino de convivencia. Creo en el Cristianismo de verdad, en el que comparte los valores de respeto que has mencionado antes y prefiero ser hermana de los musulmanes que su represora, en realidad los creyentes de las dos religiones adoramos al mismo Dios, lo único que nos diferencia es que no nos aclaramos quien es el verdadero profeta, pero eso es lo de menos.

Entre las risas que nos había producido su última frase, propuse al Giraldillo dar un paseo por el centro de Sevilla para poder contemplar juntos el complejo de la Catedral, lo que desde hace tanto es su casa. Por el camino el diálogo no cesaba.

- Pero desde que te izaron en la Giralda, Sevilla se ha esforzado por ser cada vez más católica, bueno mejor dicho, más cristiana. La Contrarreforma, el Barroco, la Semana Santa… Sevilla se concentró tanto en preservar el Cristianismo que incluso la llamaban la ciudad-covento y la tradición vuelve cada año con la Semana Santa ¿no es verdad?


La mujer se cortó un poco y empezó a titubear porque no era tan fácil abrir su corazón a un cordobés que acaba de conocer, así que avisé a mis compañeros de grupo de Periodismo y Literatura, los tres de Sevilla, y siguió confiando a ellos sus secretos. Pronto nos enteraremos de como siguió la historia.

Yo también necesito el derecho a imaginarme


Yo también quiero tener el derecho a imaginar el mundo que viene, lo necesito. Aunque la mayoría del tiempo esté a gusto a pesar de estar amordazado, de vez en cuando me entra un picor que no puedo aguantar. Rasco y rasco mientras pienso en capitalismo, comunismo, educación... me sale sangre de alegría. Alegría de darme cuenta que soy una persona, igual que el que ideó toda esta maquinaria tan pesada que es a la vez liviana como para no darnos cuenta de que existe. Quiero tener el poder de cambiar las cosas o por lo menos de proponerlas. Quiero respeto, igualdad, educación en valores. Quiero vivir en una sociedad en la que triunfe el mejor pero teniendo las mismas oportunidades, que nos sentamos afortunados de vivir y con fuerza para afrontar lo que nos viene. Quiero que demos gracias a ningún Dios por las herramientas que nos ponen en las manos y que luchemos con ellas para que todo vaya a mejor. Quiero periodistas agita-conciencias, profesores de niños críticos, quiero gente que quiera ser eso, quiero tantas cosas que lo único que puedo hacer por ahora es intentar decírtelas para que entre todos hagamos algo. Quiero tener el derecho a imaginar mi mundo y a transmitírtelo a ti y sobre todo, quiero que un día sea verdad.
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