Eloy Vaquero Cantillo es sin duda una de las figura públicas más importantes que vio nacer Montalbán de Córdoba. Montalbán era, y sigue siendo, un pueblo pequeño de la Campiña Sur cordobesa, que basaba su economía en la agricultura. Conocido por sus ajos y melones, seguro que los vecinos que aquella tarde del 28 de junio de 1888 trabajaban en las eras de las afueras, no esperaban que su pueblo acogiera entre sus calles el nacimiento de un niño que se ganaría la vida con las letras y no con los aperos del campo.
Desde pequeño quedó patente su interés por la literatura y por la enseñenza, tanto que fue galardonado por su trabajo El Quijote es una joya pedagógica con el primer premio en el certamen para conmemorar el III Centenario de El Quijote. Su vocación le llevó a estudiar la carrera de magisterio en Córdoba, lugar donde fijo su residencia tras casarse con Carmen Ruz Nieto. Como maestro intentó revolucionar el sistema educativo con sus ideas progresistas hasta que en 1923 convirtió la Escuela Obrera de Córdoba en Escuela al Aire Libre. Fruto de su experiencia pedagógica escribió su obra literaria Las Escuelas al Aire Libre.
Antes de esto, Eloy Vaquero decidió que su tiempo debería ser compartido entre la docencia y otra de sus pasiones, la política. De la mano de su mentor Alejandro Lerroux, ingresó en el Partido Republicano Radical en 1910. Durante su vida política conoció y entabló amistad con Blas Infante, con el que compartía su andalucismo y la admiración por la teoría de H. George, que defendía que cada persona es dueña de lo que produce, pero los recursos naturales son de todos los hombres. El joven político se descubría como una persona preocupada por los problemas de los campesinos y con ideas muy progresistas, tanto que en 1913 organiza en Montalbán un "ensayo comunitario de organización radical obrera". La comuna estaba compuesta por las instituciones de defensa social, beneficencia, cultura y apoyo mutuo.
En 1914 comienza a estudiar abogacía, carrera necesaria para cualquier político de la época. Durante el transcurso de estos estudios, sólo un año después, entroó a formar parte de la logia masónica de Turdetania, donde coincidió de nuevo con Lerroux y otros importantes cordobeses como Antonio Jaén Morente y Manuel Ruiz Maya.
Con la llegada de la II República su carrera política siguió ascendiendo. El 15 de abril de 1931 fue elegido como alcalde de Córdoba, cargo que ostentó sólo dos meses ya que fue elegido como diputado en las Cortes Constituyentes. En los siguientes años ocupó varios puestos en la Administración hasta que su política giró a la derecha y en las elecciones de 1933 se presentó en las filas de la Coalición de Derechas y agrarios. En 1934 fue nombrado Ministro de Gobernación y un año después Ministro de Trabajo, Sanidad y Previsión Social.
Durante su estancia en el Ministerio de Gobernación se produjo la Revolución de 1934, un movimiento huelguístico que estaba en contra de la llegada al poder del conservadurismo y que tuvo una gran ferocidad en Asturias. La represión del gobierno republicano fue muy violenta y los sectores más próximos al comunismo de su pueblo natal lo culparon de ser el responsable de las matanzas, a pesar de que el que ordenó la actuación del ejército fue el Ministro de Guerra Diego Hidalgo Durán.
Muchos de sus paisanos conservan aún el sentimiento de que fueron traicionados por Eloy Vaquero, lo que provocó una polémica cuando se propuso poner su nombre al reciente instituto de enseñanza secundaria de Montalbán. Finalmente el centro fue nombrado como “Maestro Eloy Vaquero”, de una forma que sólo se reconoce su labor pedagógica, excluyendo la política.
Tras fracasar en las elecciones de 1936 se exilió a Gibraltar y de ahí paso a Inglaterra y después vivió por primera estancia en Nueva York. Se mudó a La Habana y a Caracas donde fue profesor y redactor de una revista hasta que en 1939 volvió a Nueva York. Allí fue docente de la Universidad de Columbia y fundó y dirigió otra revista. Nueva York fue la ciudad que lo vió morir a los setenta años después de caer enfermo en 1960.
3 comentarios:
Bueno con esta semblanza la verdad es que no he aportado nada, pero cuando nos mandaron que teníamos que hacer la biografía de un andaluz vi la perfecta escusa para acercarme un poquito a Eloy Vaquero.
Me ha parecido una persona muy interesante porque para comprenderlo mejor tendré que conocer el contexto en el que se me movía y que no he estudiado nunca mucho, a pesar de ser una de las etapas más importantes de España a mi parecer. También me gustaría acercarme a su propuesta pedagógica porque cada vez estoy mas convencido que es la educación la única manera de cambiar las cosas que no andan bien.
Un saludito a todos
Estoy de acuerdo con tu sensatez, Juan Antonio. No aportas mucho para los que venimos leyendo y hablando de y sobre Eloy Vaquero desde la adolescencia, pero es evidente que algunos de tus lectores se enterarán de lo que, por lo común, lo jóvenes, pasan de querer saber.
Tu reseña biografía está muy bien elaborada, con la simpatía propia de un paisano y pasada por el tamiz de la inteligencia al saber de quién hablamos. Lo dices bien y concreto. Dices lo que sabes y lo que piensas. Lo ideal es seguir recordando a nuestros mayores, esos que, como Eloy, Enrique Moreno, Alfonso Cabello Jiménez y otros, no se bastaron con vivir al pairo de los acontecimientos consuetudinarios que acontecen en la rua, que dijo el clásico, sino que pensaron y trabajaron (Alfonso Cabello aún vive y es miembro de la Academia de Córdoba) y siendo hijos de Montalbán es, pienso yo que para los demás, saludable y enriquecedor que no dejemos de conocer sus obras y su vivir.
Como tú y yo somos de distintas edades y apenas nos vemos, quiero decirte que tanto en mi "República hablanera" con en el blog que mantengo, he tenido en cuenta hablar de ellos como parte sustancial de nuestra cultura local.
Bueno, esto parece un poco autopropaganda, pero también es una realidad de la que, como montalbeño, estoy orgulloso de haber hecho.
Saludos
http://talbania3.blogspot.com/
Yo me siento muy orgullosa de su labor profesional mi pena es no haber llegado a conocerlo en persona pero mi tía Rosario que fue su sobrina política le hablaba a mi madre mucho de él y del tiempo que vivió con ellos en Madrid.
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