Nos conocimos ya hace tiempo. A pesar de coronar una de las ciudades más importantes de España, no había oído hablar de ella hasta el mismo día que estuve en lo más alto de su casa, justo a sus pies. La primera vez que nos vimos, yo estaba de visita cultural: “Bien chicos, ya estamos en lo más alto de
Me marché de Sevilla con preguntas y ganas de conocer, tenía que poner orden a toda esa nube de dominación de religiones, representaciones de la fe y toda la historia de una ciudad que ha sido marcada por la convivencia entre culturas. Lo único que tenía claro al comenzar esta aventura es que la mejor persona que podría resolver este embrollo era la protagonista de la historia, el Giraldillo. Lástima que aquellos metros que nos separaban fueran insalvables.
Comencé a leer un poco de la historia de la figura. Su padre, Bartolomé Morel, la trajo al mundo en 1568, en pleno Renacimiento. Sus 128 kilos repartidos en
Hablar con el Giraldillo se había convertido casi en una obsesión, como un amor platónico en el que el ansia de querer choca de frente con la barrera de la realidad, hasta que en una de las típicas ojeadas a la prensa diaria los ojos se me pusieron como platos. “El Giraldillo espera su restauración en las Ataranzas Reales”, anunciaba un titular. Los metros que antes nos separaban podían convertirse ahora en unos pocos centímetros. Casi sin pensarlo salí corriendo a intentar encontrarme por fin con ella.
Llamar a la puerta, decir mi propósito, pasar hasta el patio del fondo. Después del tiempo esperado y de la falta de esperanzaque tenía por conseguirlo, parecía mentira que llegar hasta el Giraldillo fuese ahora tan fácil.
Al verla de cerca era difícil mantener la boca cerrada. Una mujer enorme pero estilizada, sensual pero guerrera a la vez. “Si esto es la fe, la fe es algo grande de verdad” es lo primero que pensé. Pero detrás de su abrumadora presencia, el Giraldillo es una persona sencilla, muy humilde, con una gran sabiduría fruto de tantos años de observación y reflexión y con las ganas de comunicarse de quien lleva todo ese tiempo a solas.
Después de las típicas presentaciones y de hablar sobre cosas amenas para ir abriendo el terreno, la pregunta que me perseguía durante este tiempo pronto salió a relucir.
- El Cristianismo es una religión que tiene como bandera el amor incluso hacia los enemigos, la humildad, el respeto… pero desde tu concepción estabas pensada para representar la dominación sobre otras culturas. ¿No crees que eso es un poco contradictorio?
- Pues la verdad es que sí, lo veo como algo que choca, pero esa es la visión que alguna gente ha dado sobre mí papel pero yo en realidad siempre he intentando representar otro, a pesar de no poder haber conseguido transmitir mi mensaje. No se si lo sabrás, pero cuando Bartolomé Morel me ideó, tenía en la cabeza la imagen de una Palas o una Minerva, figuras de la tradición griega y romana. En realidad, soy tradición pagana pero vestida de cristiana, lo que no quiere decir que no sea una cristiana de verdad. Lo que quiero decir es que soy fruto de una mezcla de cultura y civilizaciones, igual que lo es mi casa y lo es Sevilla, por eso no me gusta dar la imagen de dominación, sino de convivencia. Creo en el Cristianismo de verdad, en el que comparte los valores de respeto que has mencionado antes y prefiero ser hermana de los musulmanes que su represora, en realidad los creyentes de las dos religiones adoramos al mismo Dios, lo único que nos diferencia es que no nos aclaramos quien es el verdadero profeta, pero eso es lo de menos.
Entre las risas que nos había producido su última frase, propuse al Giraldillo dar un paseo por el centro de Sevilla para poder contemplar juntos el complejo de
- Pero desde que te izaron en
La mujer se cortó un poco y empezó a titubear porque no era tan fácil abrir su corazón a un cordobés que acaba de conocer, así que avisé a mis compañeros de grupo de Periodismo y Literatura, los tres de Sevilla, y siguió confiando a ellos sus secretos. Pronto nos enteraremos de como siguió la historia.
3 comentarios:
Pues si yo fuese "El Giraldillo" te habría contestado:
Mi esencia es de piedra y, por serlo, mi voz no es tenida en cuenta. Sólo quienes quieren indagar en mi espíritu, como tú, pueden considerar mi parecer con respecto al simbolismo que, como bien dices, me han anexionado.
Pienso que la religión es algo tan íntimo como el contemplar una puesta de sol, un día de lluvia tras los cristales, o los ojos de alguien amado y el torrente de sensaciones que de todo lo anterior pueda derivarse. Quizá, nada de lo q es llamado hoy día religión lo es tal como acabo de describirte.
Verás, Juan Antonio, para mi la verdadera religión es la propia emoción engarzada a tus actos y vivencias positivas, donde no necesitas chamanes, obispos, imanes o "manganes" que dirijan la espiritualidad, ya que el espíritu, o la mente, por sí solos levitan, se atreven y piensan, sobretodo por aquello de que "PENSAR ES GRATIS" y se alzan por encima de muros y calabozos.
La historia del mundo, bien lo sabemos, ha sido una lucha continua por la dominación de los recursos materiales y humanos, los últimos para poder obtener los primeros con la máxima comodidad a costa de romper las espaldas de los muchos. Pero había un factor que impedía esclavizar sin amotinamientos, precisamente el "PENSAR GRATIS", y sería entonces, en el inicio de las primeras civilizaciones, donde supongo, que la emoción y el asombro por contemplar el sol, el trueno o el relámpago, se contaminarían con el factor miedo y de ahí a la religión... Se transvaloró la verdadera religión del intimismo, y de ésta a la dominación, siempre en connivencia perpetua con el que tiene poder de aniquilar por la fuerza, fuerza que se ahorra, ya que ejercerla tb produce gastos, si los que han de ser fulminados, reprendidos, esclavizados o acallados por amotinamiento son narcotizados por la religión de turno y consentidos en todo lo anterior sin presentar resistencia alguna.
En fin, no te quepa duda, para tu tranquilidad, de q yo no soy lo que dicen q represento, ojalá pudiera desintegrarme cada vez que me etiquetan con esa aberración de dominación de una religión sobre otra o cualquier otro símbolo maligno de corrupción. Yo soy sólo la piedra de una cantera que por no poder protestar me llevaron a un taller y me etiquetaron a conveniencia, pero no dejo de pertenecer a la tierra, aunq con la excusa del arte me arrancaron de ella y perdí parte de mi esencia con la contaminación de lo que no soy, igual que vosotros la perdéis cada vez que os tragáis los miles de envenenados anzuelos que se desperdigan para someter vuestra razón en beneficio de los pocos de siempre. Pasa que siempre hay gente, los menos, que no pica, y esos son los más peligrosos para el sistema, pues descubren el pastel y entonces hacen que sus magnates-mangantes retrocedan (aunq poco, visto lo visto)
Disculpa la extensión, pero se está muy bien conversando contigo. Espero esa segunda parte de la entrevista y termino con las últimas palabras del magnífico vídeo que nos propones en tu anterior post. Si las hiciéramos nuestras viviríamos un verdadero auge de espiritualidad:
"Cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero".
Hermano ERES ÚNICO!!!
Desde el principio del artículo he estado con la boca abierta!!! Que forma más bonita de hacer prosa poética, de hacer una entrevista, hablar de historia, reflexionar, etc!!!
Ahora sólo espero que los tres compañeros de grupo sigan la historia como se merece, que no lo dudo!!!
Enhorabuena!!!!
Entrevistar a El Giraldillo es algo grande, pero compartir imaginación contigo eso sí que no tiene precio ; )
Un placer formar parte del grupo José Saramago.
Un abrazo compañero
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